1986 SUSPIROS EN LOS MUROS DE LA IGLESIA DE ALMONACID DE ZORITA
El pueblo de Almonacid de Zorita estaba sobresaltado porque los vecinos escuchaban unos suspiros entre los muros de la iglesia de Santo Domingo, y que eran causados por un espíritu.

Transcurría el mes de septiembre de 1986. Los habitantes de Almonacid de Zorita estaban alterados. En la iglesia parroquial de Santo Domingo de Silos, en uno de los muros de la parte derruída por el paso del tiempo, se escuchaban claramente unos suspiros.
El origen de esos suspiros no pudo ser descubierto. Hasta el mes de julio de 1987 se fueron repitiendo los sonidos, esporádicamente, a cualquiera que se acercara por el muro de la iglesia.
Al final, todo el pueblo dió por buena la explicación más lógica: los suspiros podrían ser ocasionados por alguna paloma que se cobijara entre las piedras del muro. generándose un efecto acústico curioso.
Pero no todos pensaban lo mismo. Algunos atribuyeron los suspiros al espíritu de Manuel Ballesteros. Esta es la historia que me contó un vecino del pueblo.
En el siglo XIX, don Manuel Ballesteros Hernandez era un vecino acaudalado de Almonacid, que falleció en 1900. En su testamento ordenaba la creación de una capellanía con una pequeña iglesia, que llamó de los Dolores, mantenida por un capellan. Ua vez terminado el templo, alli se trasladaron sus restos en 1907.
Las capellanias, fundamentalmente eran obras pías instauradas en la Iglesia Católica, mediante las cuales el fundador, generalmente una persona acaudalada, dejaba en su testamento una cantidad de dinero que se ponía en renta, para que con las ganancias se pagara la realización de un número determinado de misas por la salvación de su alma.
Con el paso del tiempo, ya en en la decada de los 90, fue derribada para construir viviendas en su solar. Se salvaron sus cristarelas de colores, que se colocaron en la nave del Evangelio de la iglesia de Santo Domingo de Silos. Alli fueron trasladados los restos de Manuel Ballesteros, donde descansa junto con los de sus familiares, en una pequeña capilla, que está lindando con el muro de los suspiros.
Hoy en dia, la capellanía está regida por un patronato, y es administrada por el Obispado de Siguenza.
Estos hechos fueron el origen de la leyenda de que el espíritu del capellán Manuel Ballesteros era el causante de los suspiros en el muro, como queriendo advertir que no está contento con lo sucedido. Un modo de protesta desde el más allá.
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