1790 EL DUENDE MARTINICO DE MONDEJAR

 En el siglo XVIII, la inquisición investigó un caso de un duente que se aparecía a una niña en Mondejar, mientras trabajaba como sirvienta en el Palacio de la Villa.

Manuel Berrocal, en su libro «los duendes españoles en las leyendas populares», editado en 2007, recoge unos extraños sucesos ocurridos en Mondejar, e investigados en su momento por la inquisición. El periódico «Guadalajara 2000» del 19 de junio de 1987 tambien recopila este suceso. 
Entre los papeles de la Inquisición de Toledo se encuentra la historia de la chica Maria Medel, que estando al servicio de la señora Maria Teresa Murillo, fue denunciado por ésta al conocer sus contactos con duendes cuando tenia 18 años y trabajaba sirviendo en el Palacio de los Marqueses de Mendoza, en el pueblo de Mondejar, en el año de 1760. 
En el Palacio de la Villa trabajaban muchas jovenes criadas como Maria, en las labores de la casa , pero la mayoria de las habitaciones estaban desocupadas, y alli era donde se escuchaban de forma habitual ruidos extraños, golpes y algunos lamentos. 
Maria y un grupo de quince amigos comenzaron a acudir alli intrigados por lo que pasaba buscando aventuras. A los pocos dias sufrieron un susto de muerte, con sonidos extraños y objetos levitando, con la aparición de un espiritu, un niño muy feo entre 10 y 12 años, conuna vestimenta similar a la usada por los monjes capuchinos. Se les presentó como «el duende martinico». No parecia peligroso, y poco a poco se les fue apareciendo con asiduidad. El duende estableció una relación sobre todo con Maria. Incluso jugaba con ella apareciendose entre los rayos de sol de los ventanales, con algunos objetos revoloteando alrededor. En algunas ocasiones abria armarios y arcones sacando la ropa, que era repartida entre los vecinos mas necesitados. 
Una vez, el duende martinico se transformó en una serpiente para demostrar su poder. En otra ocasión, llegó a ofrecer a Maria riquezas incalculables, con la condición de que renegara de Cristo y de la Virgen. Asustada, no lo aceptó, y cesaron las aparicones desde entonces. 
Lo ocurrido se propagó de boca en boca por toda la region. Cuando intervino la Inquisión, no pudo negar lo que los chicos decian, y no dio importancia a la denuncia ni a lo sucedido. 
Del Palacio de los Marqueses de Mendoza. Hoy no quedan nada más que mínimos restos, entre otras cosas porque nunca se llegó a concluir. Se encuentra detrás de La Iglesia. Hace unos años se derribó todo menos un arco. 

Comentarios